Para leer como corresponde al Pato Donald
EL PATO DONALD
Autor: Varios
Colección: Clásicos del Comic
Edita: Panini Comics/Copesa, Santiago de Chile, 2004
Creo que a esta altura, si ustedes no saben quién es el Pato Donald, es señal que son seres del espacio sideral. El refunfuñante pato de la Walt Disney Corp. . Es un icono de nuestro tiempo. Pero, paradójicamente, poco se sabe sobre las personas que han contribuído de manera sustancial a su mitología, para alborozo de las arcas de la Disney .
Si, gente: por si no lo sabían, el tío Walt solo ponía la firma en los comics (fuera de un primer momento en la tira diaria de Mickey Mouse, bien al comienzo, donde era el guionista). Lo que nadie sabe es que personajes como el Tío Rico, Giro Sintornillos, los Chicos Malos, el primo Glad Consuerte y muchos otros que conforman el universo de Patolandia, aparecieron por primera vez en la historieta, gracias al maravilloso trabajo de (de pie, señores) Carl Barks.
Sin Barks (antiguo guionista de los cortos del Pato Donald que se mudó a los comic books luego de la amarga huelga del estudio Disney de 1941), Donald solo sería un pato cascarrabias, los sobrinos tres pendejos revoltosos y Daisy una excusa para tratar mal a Donald cada tanto.
Barks no solo dio carnadura a su protagonista y su mundo, sino que, encima, lo hizo mostrando uno de los mejores estilos narrativos que nunca haya existido en el comic.
Claro, a primera vista, parece super simple la forma que cuenta de Barks. Cualquier persona de cinco años para arriba lo puede seguir (doy fe de eso: mi hija Pilar de cinco añitos se ha convertido en una de las fanáticas de estas historietas, que le leo de noche). Nada ostentoso. Peor intenten sacar solo un cuadrito de la historieta y el edifico se desmorona. No falta nada, no sobra nada. Todo está donde debe estar en un ejercicio de habilidad narrativa difícil de superar.
Para ver lo bien que lo hacía este historietista, este librito contiene tres de sus historias largas. Dos de ellas (Donald y el zombi y Donald y el misterio de los Andes) son reconocidos como clásicos del comic, mezclando sabiamente le humor y la aventura a partes iguales. El tercer relato , Donald y el tesoro vikingo, es tal vez menor comparado con los otros dos pero igualmente es una gran historieta.
Pero hay otras tres historietas más del pato Donald en el tomito, todas ellas de autores italianos. Es que Italia (junto a Escandinavia) han seguido haciendo historietas de los personajes Disney mientras que los propios norteamericanos han dejado de hacerlas hace tiempo. Y lo hacen con respeto a los personajes pero tambien con creatividad. Sin ser Barks, eso sí.
En la primera de esas tres, Donald, agente del FBI es de Romano Scarpa, el recientemente fallecido dibujante que es en Italia quien más tiempo ha dibujado continuamente al pato y familia. La historieta aquí es entretenida, con un típico argumento donaldiano (que se mete en líos sin saber porqué pero sin nunca bajar la arrogancia). Le sigue La casa electrónica, del dúo Giorgio Pezzin Massimo De Vita, con Donald enfrentándose a una casa del futuro que debería ser una bendición pero termina siendo una pesadilla. Finalmente, en Donald y el insólito remake, Giorgio Cavazzanno hace un notable pastiche regurgitando una vieja historia de las tiras diarias de Mickey que dibujaba Floyd Gottfredson para generar un nuevo producto. O sea, que posmoderno, ¿no?
Solo por Barks este libro vale la pena. Pero con los complementos italianos, el libro resulta un maravilloso libro para que cualquiera (grande y chico) pueda disfrutar de buena historieta.
Y ahora no me vengan con Para Leer al Pato Donald y demas criticas anti-Disney , que eso es otra historia
Autor: Varios
Colección: Clásicos del Comic
Edita: Panini Comics/Copesa, Santiago de Chile, 2004
Creo que a esta altura, si ustedes no saben quién es el Pato Donald, es señal que son seres del espacio sideral. El refunfuñante pato de la Walt Disney Corp. . Es un icono de nuestro tiempo. Pero, paradójicamente, poco se sabe sobre las personas que han contribuído de manera sustancial a su mitología, para alborozo de las arcas de la Disney .
Si, gente: por si no lo sabían, el tío Walt solo ponía la firma en los comics (fuera de un primer momento en la tira diaria de Mickey Mouse, bien al comienzo, donde era el guionista). Lo que nadie sabe es que personajes como el Tío Rico, Giro Sintornillos, los Chicos Malos, el primo Glad Consuerte y muchos otros que conforman el universo de Patolandia, aparecieron por primera vez en la historieta, gracias al maravilloso trabajo de (de pie, señores) Carl Barks.
Sin Barks (antiguo guionista de los cortos del Pato Donald que se mudó a los comic books luego de la amarga huelga del estudio Disney de 1941), Donald solo sería un pato cascarrabias, los sobrinos tres pendejos revoltosos y Daisy una excusa para tratar mal a Donald cada tanto.
Barks no solo dio carnadura a su protagonista y su mundo, sino que, encima, lo hizo mostrando uno de los mejores estilos narrativos que nunca haya existido en el comic.
Claro, a primera vista, parece super simple la forma que cuenta de Barks. Cualquier persona de cinco años para arriba lo puede seguir (doy fe de eso: mi hija Pilar de cinco añitos se ha convertido en una de las fanáticas de estas historietas, que le leo de noche). Nada ostentoso. Peor intenten sacar solo un cuadrito de la historieta y el edifico se desmorona. No falta nada, no sobra nada. Todo está donde debe estar en un ejercicio de habilidad narrativa difícil de superar.
Para ver lo bien que lo hacía este historietista, este librito contiene tres de sus historias largas. Dos de ellas (Donald y el zombi y Donald y el misterio de los Andes) son reconocidos como clásicos del comic, mezclando sabiamente le humor y la aventura a partes iguales. El tercer relato , Donald y el tesoro vikingo, es tal vez menor comparado con los otros dos pero igualmente es una gran historieta.
Pero hay otras tres historietas más del pato Donald en el tomito, todas ellas de autores italianos. Es que Italia (junto a Escandinavia) han seguido haciendo historietas de los personajes Disney mientras que los propios norteamericanos han dejado de hacerlas hace tiempo. Y lo hacen con respeto a los personajes pero tambien con creatividad. Sin ser Barks, eso sí.
En la primera de esas tres, Donald, agente del FBI es de Romano Scarpa, el recientemente fallecido dibujante que es en Italia quien más tiempo ha dibujado continuamente al pato y familia. La historieta aquí es entretenida, con un típico argumento donaldiano (que se mete en líos sin saber porqué pero sin nunca bajar la arrogancia). Le sigue La casa electrónica, del dúo Giorgio Pezzin Massimo De Vita, con Donald enfrentándose a una casa del futuro que debería ser una bendición pero termina siendo una pesadilla. Finalmente, en Donald y el insólito remake, Giorgio Cavazzanno hace un notable pastiche regurgitando una vieja historia de las tiras diarias de Mickey que dibujaba Floyd Gottfredson para generar un nuevo producto. O sea, que posmoderno, ¿no?
Solo por Barks este libro vale la pena. Pero con los complementos italianos, el libro resulta un maravilloso libro para que cualquiera (grande y chico) pueda disfrutar de buena historieta.
Y ahora no me vengan con Para Leer al Pato Donald y demas criticas anti-Disney , que eso es otra historia
1 comentario
Diego Guerra -
http://www.donaldduckcomics.com